Tú eres la pieza que nos falta. ¿Nos ayudas?
El AMPA necesita más implicación de los padres o desaparecerá, dejando a nuestros hijos y a nosotros mismos sin muchos servicios importantes para nuestra vida familiar.
Sí, lo sé, suena a amenaza “El AMPA va a desaparecer” otra vez con el mismo cuento; pero es una realidad, una realidad que, tal vez, muchos por desconocimiento ignoremos.
El AMPA, como Junta y comisiones, somos unos padres que dedicamos una parte de nuestro tiempo libre a mejorar la calidad de nuestros hijos en la escuela y buscar soluciones que permitan conciliar nuestra vida laboral con la familiar, entre otras muchas cosas.
Es normal que estos papas vayan dejando su colaboración activa en el AMPA, algunos porque sus hijos dejan ya el cole, otros porque su situación personal cambia y otros sencillamente porque se agotan. Es tan normal como normal debería ser renovar los miembros de la Junta sin tener que llegar a estos extremos.
Igual algunos os preguntáis… ¿Pero que hay qué hacer? ¿Y si no tengo tiempo? ¿Y si no sé hacerlo? ¿Y si no llego?
Al menos, esas son las preguntas que yo me hacía antes de pertenecer al AMPA de forma activa. Porque abonar la cuota de socio es quizás lo menos complicado y creemos que con eso solucionamos el resto de servicios que el AMPA ofrece, pero olvidamos que sólo estamos pagando para que esos servicios puedan ofrecerse, financiando el proyecto, pero no estamos formando parte de él ni estamos luchando porque se lleve a cabo.
Sí, es verdad, el AMPA necesita de parte de tu tiempo libre, pero quizás no más de los cinco minutos que dedicas a responder un correo, los diez minutos que te dedicas a navegar por internet curioseando o los que inviertes wasapeando con un grupo de amigos. La diferencia es que, esos veinte o treinta minutos al día repercuten de forma directa en el bienestar de tus hijos y el tuyo propio.
Como en todos los trabajos (porque por muy voluntario que sea esto del AMPA es un trabajo) hay picos de actividad en los que tal vez requiera un poco más de atención y dedicación, pero, a diferencia de un trabajo renumerado, el resultado y la satisfacción personal son mucho mayores.
Hay unos padres que se preocupan en contratar la Empresa que ofrece el Servicio de Comedor, debatir el precio y las condiciones del contrato, velar porque cumplan con todo lo acordado, porque los menús sean los adecuados y el servicio el correcto para el bienestar de nuestros hijos. Durante todo el curso están pendientes de solucionar las incidencias que pasen en el comedor y solventar las carencias necesarias para el buen funcionamiento de este servicio. Si esas personas no dedicaran parte de su tiempo libre a ello, nuestros hijos, no tendrían servicio de comedor y, desgraciadamente, muchos de nosotros nos veríamos obligados a recurrir a otras opciones menos económicas o menos cómodas para salvar ese escollo diario.
Otro grupo de padres se encarga de preparar las extraescolares que nuestros hijos disfrutaran durante el curso. Revisar las ofertas que se reciben, los precios, coordinar los horarios y permisos con el colegio, que haya una oferta amplia e interesante y que, por ende, haya niños interesados en esa oferta. Y como todo proyecto, realizar su seguimiento durante el curso. ¿Podríamos vivir sin esas extraescolares y el servicio de acogida matinal? Por descontado, pero ¿Afectaría a nuestro día a día y el de nuestros hijos? Yo tengo clara la respuesta.
¿Y que pasa en vacaciones? ¿O los días de libre disposición del colegio? ¿O los festivos que para los padres no son festivos? Pues también ahí hay un grupo de padres que, de forma igualmente voluntaria, dedican parte de su tiempo libre a buscar opciones para que esos días nuestros hijos puedan realizar actividades económicas, divertidas e instructivas que ocupen su tiempo libre y faciliten nuestro ritmo de vida.
También hay padres que se preocupan de nuestra formación como padres, de ayudarnos a encontrar respuestas para muchos de nuestros problemas cotidianos y darnos pequeñas pautas o “píldoras” para que lo que puede parecernos un mundo sea algo más habitual de lo que creíamos y ofrecernos una solución. Organizan la revisión optometrista que reciben nuestros hijos en primero, se han peleado por ofrecernos un servicio pedagógico y psicológico para nuestros hijos.
Padres que se dedican a mantenernos informados y son como una pequeña agenda personal que nos recuerda cuando hay que presentar tal documento o empieza un plazo de inscripción o termina. Otros padres se preocupan de preparar y organizar esos días festivos que estrechan lazos entre las familias, los niños y el colegio, hay quien se dedica a indagar y solicitar subvenciones que optimicen los recursos y contribuyan en parte de los servicios, hay quien funciona como motor y nexo de unión entre el colegio y los padres, canalizando todos nuestros esfuerzos y proyectos… y todos, somos padres trabajadores que invertimos un ratito de nuestro tiempo en ayudarnos y tratar de solucionar los problemas que otros padres tienen.
¿De verdad no os parece que ese pequeño esfuerzo merece la pena? ¿No sois capaces de ver la importancia de pertenecer a ese grupo de padres y colaborar en todos los proyectos? No sé… pero lo que sí está claro que, si esos padres que, de forma altruista nos han regalado su tiempo durante estos años, ya no pueden hacerlo o sencillamente deciden dejar de hacerlo, nuestros hijos ya no tendrán servicio de comedor, ni extraescolares, ni casales, ni nosotros la comodidad y el tiempo que esos servicios nos ofrecen, ni estaremos informados… ni formaremos parte implícita en la educación de nuestros hijos.
Beatriz Sánchez Millán
Presidenta de l’AMPA Taula Rodona